Es importante diferenciar entre alergias e intolerancias. Si la reacción que produce en el cuerpo implica al sistema inmunitario, y este se activa de forma desproporcionada, se trata de una alergia y puede requerir atención médica inmediata.
Si el sistema digestivo no es capaz de procesar correctamente un alimento y en consecuencia se producen molestias, como náuseas, hinchazón abdominal o diarrea, hasta que este se elimina, entonces hablaremos de intolerancia alimentaria.
Tu bebé puede ser alérgico debido a su predisposición genética o por diversos factores alimenticios. No hay evidencia científica que demuestre que el retrasar la introducción de alimentos potencialmente alérgicos tenga algún efecto beneficioso o con respecto a la posible reacción que puedan provocar. De hecho, la evidencia muestra que introducirlos al inicio de la alimentación complementaria puede ayudar a reducir el riesgo de padecer alergias.
¿Cómo saber si tu peque sufre alergia a la fruta?
Ten en cuenta que la primera vez que introduces un alimento en la dieta de tu bebé, es mucho mejor hacerlo por la mañana o a primera hora de la tarde, para observar durante las siguientes horas si causa alguna reacción. Sigue las recomendaciones de tu pediatra a la hora de realizar la introducción de las diferentes frutas.
En niños menores de 5 años, hay un porcentaje alrededor del 11% de bebés alérgicos a alguna fruta o verdura, las más comunes son la familia de las rosáceas, que contienen una proteína conocida como LTP (proteína transportadora de lípidos). Esta proteína favorece las reacciones adversas del sistema inmune, provocando los síntomas visibles de las alergias.
Principales síntomas de la alergia a la fruta
La primera reacción, cuando hay una alergia a la fruta en bebé, puede ser muy local en la boca. Y tener inflamación de la lengua, los labios, o un enrojecimiento de la zona alrededor de la boca o en los labios mismos.
También puede haber picor en la boca o en los oídos. A esta reacción se la conoce como síndrome de alergia oral y si ocurre hay que retirar la fruta que esté comiendo o pueda tener aún en la boca y lavar toda la zona con abundante agua.
Otros síntomas pueden ser erupciones en la piel, dificultad respiratoria o incluso alteración del ritmo cardíaco.
Consulta con tu pediatra si tu bebé tiene cualquiera de estos síntomas tras la introducción de un nuevo alimento:
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Tos.
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Dolor en la zona de la barriga.
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Diarrea.
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Náuseas o vómitos.
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Exceso de mucosidad o nariz taponada.
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Dificultad para respirar.
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Picor en la zona de la garganta, lengua, piel u ojos.
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Hinchazón en los labios o el cuello.
¿Existen frutas más propensas a provocar alergias?
Como os decíamos antes, las frutas de la familia de las rosáceas son más propensas a desencadenar reacciones alérgicas en bebés. Las rosáceas son las causantes del 70% de las reacciones alérgicas a las frutas. Algunas de ellas, muy populares además entre los bebés, son la manzana, la pera, la ciruela, las cerezas, las fresas, el albaricoque y el melocotón.
Hay también otras frutas, aunque en menor porcentaje, como el kiwi, el mango, la piña, el melón, la sandía, que también podrían provocar reacciones alérgicas.
Por eso es importante cuando las introducimos en la dieta del bebé, hacerlo primero de forma individual, de una en una, y poder observar durante las siguientes horas con tu bebé despierto si hay algún síntoma.
¿Qué hacer si tu peque es alérgico a la fruta?
Si has detectado un posible problema, y le han diagnosticado a tu bebé alergia a la fruta, sigue las recomendaciones de los profesionales de la salud en cada caso. Algunos consejos y pautas a seguir son:
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Respeta escrupulosamente la dieta de exclusión, una mínima cantidad puede desencadenar una respuesta alérgica.
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Aprende a leer las etiquetas de los productos infantiles, para evitar los alergenos en caso de una hipersensibilidad alimentaria.
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Informa a su entorno cercano, familiares y en la escuela infantil, si acude.
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Evita tener en casa las frutas causantes de la alergia.
Es común en bebés que las alergias o intolerancias evolucionen con el paso del tiempo, las que más desaparecen suelen ser las que aparecen a edades más tempranas. Sigue las recomendaciones del personal de pediatría que se encarga de las revisiones para realizar todos los controles bajo supervisión médica.
